La importancia de enseñar sobre el cambio climático de manera esperanzadora
Beatriz Cattori*
Bajo el continuo calentamiento global, los eventos climáticos extremos seguirán aumentando, en las próximas décadas, en frecuencia, intensidad, duración y extensión espacial. Los niños y las niñas se verán enfrentados a estos eventos, lo que les producirá ansiedad acerca del cambio climático. Ante esta situación es importante que la educación busque formas de acercarse al tema de manera propositiva y, por ende, esperanzadora.
El desafío del cambio climático para los niños y las niñas
El cambio climático tiene implicaciones de gran alcance para la migración de las personas, el cultivo de los alimentos, el mantenimiento de las infraestructuras y la funcionalidad de los ecosistemas. Presenta una serie de desafíos, incluidas amenazas para la seguridad del agua, presiones crecientes sobre la producción de alimentos, mayores riesgos de desastres naturales y grandes retos para la salud pública[1].
Casi todos los niños y las niñas están expuestos al menos a un peligro, impacto o estrés climático y ambiental, como olas de calor, ciclones, contaminación del aire, inundaciones o escasez de agua. Pero aproximadamente 850 millones de niños y niñas, es decir un tercio del total, se ven expuestos a cuatro o más estresores, lo que crea un ambiente increíblemente desafiante para que las niñas y los niños vivan, jueguen y prosperen[2].
Se estima que las niñas y los niños nacidos en 2020 enfrentarán, en promedio, el doble de incendios forestales, 2.8 veces más pérdidas de cultivos, 2.6 veces más sequías, 2.8 veces más inundaciones y 6.8 veces más olas de calor durante sus vidas que las personas nacidas en 1960[3].
La educación como herramienta para que las niñas y los niños enfrenten el desafío del cambio climático
Existe suficiente evidencia científica para establecer que la única solución para combatir el cambio climático, es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Hay estudios que indican que la educación sobre el cambio climático puede contribuir a reducir las futuras emisiones de carbono.Es posible que "el 16% de las infancias que reciben educación sobre cambio climático pueden llevar a una reducción de 19 gigatones de carbono para 2050"[4]. Para ponerlo en perspectiva, 19 gigatones representan aproximadamente la mitad de las emisiones globales totales en 2019.
El cambio climático es el desafío determinante para la próxima generación y cualquier posibilidad de abordarlo requiere que las niñas y los niños desarrollen el conocimiento y las habilidades necesarias para cuidar del medio ambiente y el clima. Sin embargo, no todos los sistemas educativos enseñan sobre el cambio climático, y donde lo hacen, lo que se enseña puede no ser relevante para su contexto, incluida la preparación y respuesta ante ciertos tipos de desastres[5].
Invertir en educación sobre sostenibilidad tiene un tremendo efecto multiplicador. Una educación que construya conocimientos y habilidades, contribuirá a prácticas de sostenibilidad mejoradas y una reducción de emisiones a nivel individual, institucional y comunitario[6].
De acuerdo con las consideraciones anteriores, se debe tener en mente lo siguiente:
Bienestar psicológico de las niñas y los niños
Los psicólogos han comenzado a reconocer el cambio climático como un factor estresante y argumentan que la forma en que las personas enfrentan esta amenaza podría ser importante tanto para la conexión con el planeta como para el bienestar psicológico[7]. Existen pruebas de que la abrumadora naturaleza del cambio climático puede llevar a un sentido de impotencia entre los niños y las niñas[8]. El Centro Nacional de Educación en Ciencias con sede en Estados Unidos[9] señala que aprender sobre el cambio climático puede generar enojo, miedo, culpa o desesperanza, por lo que es importante mitigar el impacto emocional derivado de la exposición a temas relacionados con el cambio climático.
Al utilizar un enfoque positivo y orientado hacia soluciones, es posible crear un entorno de aprendizaje en el que los niños y las niñas no experimenten ansiedad y se sientan motivados para participar en acciones y comportamientos proactivos a favor de su comunidad y, en última instancia, a favor del planeta. El mismo documento del NCSE propone que para lograr un aprendizaje positivo, las estrategias deben centrarse en las siguientes pautas: "Hazlo local, hazlo humano, hazlo persuasivo, hazlo esperanzador"[10].
Estrategias de aprendizaje para niños y niñas
Los niveles documentados de conocimiento y habilidades de las niñas y los niños con respecto a la educación sobre el cambio climático o la educación ambientalmente sostenible en general, parecen ser insuficientes para enfrentar la urgencia del desafío, y la evidencia del impacto de la educación sobre el cambio climático en actitudes o comportamientos es esquiva[11].
Sin embargo, existen propuestas que pueden servir como ejemplo para diseñar estrategias exitosas.
Tal es el caso del Consejo de Educación Ambiental de Alberta[12], que identifica seis principios clave de una excelente educación sobre el cambio climático. En relación con la enseñanza de las niñas y los niños aprendices, vale la pena utilizar cuatro de ellos:
Enmarcar la educación sobre el cambio climático de manera que se enfoque en soluciones, más que en problemas y construir una narrativa positiva en torno a una identidad compartida.
Enfocarse en la conservación de la naturaleza, la biofilia y la educación al aire libre.
Tener en mente a la audiencia. Desarrollar actividades adecuadas a la edad de las niñas y los niños y apoyar a cuidadores y docentes.
Diseñar programas orientados a la ejecución de acciones tangibles por parte de niños y niñas . Fomentar que las infancias sean agentes de cambio.
Desarrollar actividades que vayan más allá de la ciencia climática, incluyendo imaginar un futuro deseado y positivo, centrarse en contenido local, enseñar a las niñas y los niños cómo pensar en lugar de qué pensar para que no se alarmen.
Para mejorar lo anterior, se recomienda considerar lo siguiente:
Aplicar un enfoque de enseñanza por indagación donde las niñas y los niños tomen un rol de investigadores y protagonistas en la construcción del conocimiento respecto al cambio climático. Usar metodologías de enseñanza de las ciencias basadas en la indagación que respalden el desarrollo del conocimiento y las habilidades científicas de la niñez; aumenten el interés y la motivación en la ciencia; apoyen la colaboración; fomenten el pensamiento crítico y las habilidades de razonamiento científico y promuevan habilidades para resolver problemas[13].
Promover el aprendizaje a través del juego que apoye el desarrollo saludable y permita la adquisición de contenido y habilidades para aprender a aprender[14]
Enseñar a las niñas y los niños hábitos sostenibles desde una edad temprana para que puedan convertirse en ciudadanos conscientes de la salud planetaria y además, puedan influir en el comportamiento de sus cuidadores[15].
Reflexión final
Si enseñamos el cambio climático con un enfoque positivo y orientado hacia soluciones, los niños y las niñas valorarán la naturaleza, se volverán cívicamente comprometidos y estarán empoderados para liderar los cambios que nuestro planeta necesita urgentemente.
Redes Sociales
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Referencias
ALLEA (2020). Un vistazo a las iniciativas de educación sobre el cambio climático en Europa: Algunos hallazgos iniciales e implicaciones para futuras investigaciones en educación sobre el cambio climático.[A snapshot of Climate Change Education Initiatives in Europe: Some initial findings and implications for future Climate Change Education research.]Autores principales: Cliona Murphy, Gabriela Martínez Sainz, Maija Aksela, Gerd Bergman, Michael Jones, Pierre Léna, David Wilgenbus. Berlín. Recuperado de: https://allea.org/portfolio-item/a-snapshot-of-climate-change-education-initiatives-in-europe-initial-findings-and-implications-for-future-climate-change-education/
Centro Nacional para la Educación de la Ciencia. (2016). Enseñar el cambio climático: Mejores prácticas. [Teaching climate change: Best practices.] Recuperado de: https://ncse.ngo/teaching-climate-change-best-practices
Clark, H., Coll-Seck A.M., Banerjee, A., … y Costello, A. (2020). ¿Un futuro para los niños del mundo? [A future for the world´s children] Una Comisión de la OMS-UNICEF-Lancet. The Lancet Commissions, 395(10224), p605-p658. Recuperado de: https://www.thelancet.com/article/S0140-6736(19)32540-1/fulltext#section-3d6acba1-acea-4be2-8dc9-b7e14e5b6583
Consejo de Alberta para la Educación Ambiental (2017). ¿Qué es una educación excelente sobre el cambio climático? [What is excellent climate education?] Alberta: Alberta Council for Environmental Education. Recuperado de: https://www.abcee.org/what-excellent-climate-change-education
Cordero E. C., Centeno D., Todd, A. M. (2020), El papel de la educación sobre el cambio climático en las emisiones individuales de carbono a lo largo de la vida. [The role of climate change education on individual lifetime carbon emissions.] PLoS ONE 15(2): e0206266. Recuperado de: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0206266
Ojala, M. (2012). Esperanza y cambio climático: La importancia de la esperanza para el compromiso ambiental entre los jóvenes.[Hope and climate change: The importance of hope for enviornmental engagement among young people.] Investigación en Educación Ambiental, 18(5), 625–642. Recuperado de: https://doi.org/10.1080/13504622.2011.637157
Reimers, F. (Ed.) (2021). Educación y cambio climático: El papel de las universidades. Springer. [ Education and Climate Change: The Role of Universities.] Recuperado de: https://link.springer.com/book/10.1007/978-3-030-57927-2#toc
Theiry, W. et al. (2021). Desigualdades intergeneracionales en la exposición a extremos climáticos.[Intergenerational inequities in exposure to climate extremes.]Ciencia, 374(6564). Recuperado de: https://www.science.org/doi/10.1126/science.abi7339
UNESCO. (2015c). No solo aire caliente: Poner en práctica la educación sobre el cambio climático.[Not just hot air: Putting climate change education into practice.] París: UNESCO. Recuperado de: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000233083
UNICEF. (2021). La crisis climática es una crisis de los derechos de los niños y niñas: Presentación del Índice de Riesgo Climático Infantil. [The Climate Crisis is a Child Rights Crisis: Introducing the Children´s Climate Risk Index.]Nueva York: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 2021. Recuperado de: https://www.unicef.org/reports/climate-crisis-child-rights-crisis
Waldron, F., Ruane, B., Oberman, R., Morris, S. (2019). ¿Proceso geográfico o injusticia global? Perspectivas educativas contrastantes sobre el cambio climático. [Geographical process or global injustice? Contrasting educational perspectives on climate change.] Investigación en Educación Ambiental, 25 (6): 895-911. Recuperado de: https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/13504622.2016.1255876
Zosh, J. M., Hopkins, E. J., Jensen, H., Liu, C., Neale, D., Hirsh-Pasek, K., Solis, S. L., y Whitebread, D. (2017). Aprender a través del juego: una revisión de la evidencia (documento técnico). [Learning through play: a review of the evidence (white paper)] Fundación LEGO, DK. Recuperado de: https://cms.learningthroughplay.com/media/wmtlmbe0/learning-through-play_web.pdf
[1] Unesco, 2015.
[2] Unicef,2021
[3] Thierry et al, 2021
[4] Cordero et al., 2020
[5] Unicef,2021
[6] Unicef,2021
[7] Ojala, 2012
[8] Waldron et al., 2016
[9] NCSE, 2016
[10] NCSE, 2016
[11] Reimers, 2021
[12] Consejo de Eduación Ambiental de Alberta, 2017
[13] Allea, 2020
[14] Zosh et al., 2017
[15] Clarke et al., 2020
*Beatriz Cattori
Integrante de MuxEd. Licenciada en Química por la UNAM, maestra en Estudios Humanísticos del ITESM y especialista en Educación de la Ciencias por la UDESA. Es fundadora de PQC STEM, organización sin fines de lucro orientada a ofrecer talleres STEAM. Del año 2022 al 2023 participó en el programa de la Iniciativa de Liderazgo Avanzado (ALI) de la Universidad de Harvard.