ODS en educación y género

Gema Jara Arancibia*

 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un conjunto de 17 objetivos establecidos por la ONU en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptados en 2015. Estos objetivos buscan promover la paz global, la prosperidad económica y la sostenibilidad ambiental. Incluyen la erradicación de la pobreza y el hambre, la promoción de la salud y la educación de calidad, así como la lucha contra el cambio climático. La implementación de los ODS requiere la colaboración de todos los países y sectores sociales para lograr un impacto significativo, especialmente en el sector educativo, donde el ODS 4 se destaca por ser el vehículo para alcanzar el resto de los objetivos.


Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son una propuesta de la ONU, basada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que consiste en 17 objetivos para promover la paz en el mundo, la prosperidad de las personas y la sostenibilidad en el planeta. Los ODS se establecen ante la llegada del año 2030 y fueron adoptados por los Estados miembros de las Naciones Unidas en 2015.

Los ODS comprenden la erradicación de la pobreza, el hambre y las desigualdades, la promoción de la salud, educación, trabajo y bienestar, así como la implementación de acciones para combatir el cambio climático y preservar los recursos naturales.

¿Pero qué es el desarrollo sostenible? De acuerdo con la ONU: "El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas."[1]

De esta forma, la Agenda propone que en la década 2020-2030 es fundamental atender diversos temas que permitan alcanzar un bienestar personal, social y climático.

Estos 17 ODS, son un llamado urgente a la acción de todos los países tanto desarrollados, como en vías de desarrollo, a través de una alianza mundial, que busca el beneficio para todas las personas. La propuesta es que dentro de cada país los diversos sectores sociales deben participar. Así, los gobiernos en turno, las organizaciones sociales y el sector económico también deben desarrollar actividades con miras a alcanzar las metas propuestas en los ODS en los que pueden aportar.

Desde esta perspectiva, el sector educativo no puede estar fuera de esta alianza y debe concentrarse particularmente en el ODS 4 de Educación de Calidad, es necesario entonces orientar las acciones en cada escuela, y dentro del aula, para ir en búsqueda de este y otros objetivos. Sin embargo, uno se pregunta: ¿el colectivo docente  y las autoridades conocen los ODS?, ¿conocen el ODS 4 y algunas de sus metas?, ¿los enseñan en las escuelas ?, ¿los practican en su labor diaria?

El ODS 4 referido a la educación de calidad propone: "Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para todos.”[2] Este objetivo, por su naturaleza se relaciona con todos los otros y es el camino para apoyar la consecución de los otros 16 ODS ¿Pero cómo se materializa dentro de las aulas?, ¿cómo los centros escolares trabajan para alcanzar los ODS?, ¿cuáles se priorizan en los proyectos de aprendizaje?

Para las personas profesionistas de la educación parece esencial lograr una educación de calidad para alcanzar el bienestar en la población infantil y juvenil. Una meta tan loable nadie la cuestiona, pero  en la realidad hay serias dificultades para alcanzarla en todo el mundo.

Un último informe de la ONU de 2023 señala que:

  • “Los progresos hacia una educación de calidad ya eran más limitados de lo exigido antes de la pandemia, pero el COVID-19 ha tenido repercusiones devastadoras en la educación, causando pérdidas en el aprendizaje en cuatro de cada cinco de los 104 países estudiados.

  • Sin medidas adicionales, solo uno de cada seis países alcanzará el objetivo de finalización universal de la enseñanza secundaria de aquí a 2030, unos 84 millones de niñas,  niños y jóvenes seguirán sin escolarizar y aproximadamente 300 millones de estudiantes carecerán de las competencias básicas en aritmética y alfabetización necesarias para prosperar en la vida.

  • Para alcanzar las metas nacionales del Objetivo 4, cuya ambición se ha reducido en comparación con sus metas originales, 79 países de renta baja y media-baja siguen enfrentándose a un déficit de financiación anual medio de 97,000 millones de dólares.

  • Para cumplir el Objetivo 4, la financiación de la educación debe convertirse en una prioridad nacional. Además, son esenciales medidas como la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza, el aumento del número de profesores, la mejora de las infraestructuras escolares básicas y la transformación digital.”[3]

Además, dentro de este panorama nada alentador,  nosotras como mujeres, lamentablemente, sufrimos  una desigualdad ya señalada en la literatura educativa. las mujeres y niñas representamos uno de los grupos con más difícil acceso a la educación. El mismo informe reporta que alrededor del 40 % de los países no han logrado la paridad de género en la educación primaria.[4]

Estas desventajas en la educación para la población femenina se traducen en falta de acceso al desarrollo de habilidades fundamentales que se traduce en oportunidades limitadas en el mercado laboral, especialmente para las mujeres jóvenes que inician su vida productiva. Por ello, debemos concientizar sobre la importancia de los ODS a nuestra población estudiantil, así también será posible para las generaciones que se están formando alcanzar el ODS 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.

Pero, ¿cómo trabajar con ODS en el aula?, ¿los programas de formación docente incluyen estos contenidos?, ¿el personal docente fomenta la práctica de ODS en la convivencia escolar? Desde mi experiencia elaborando materiales didácticos propongo trabajar desde tres perspectivas dentro del aula:

  1. Los ODS como objeto de conocimiento

  2. Los ODS como contexto en textos e imágenes

  3. Los ODS como disparadores de reflexión

1. Si se usan como objeto de conocimiento, podemos trabajar dentro del aula algunos ODS específicos que apoyan un campo formativo, un eje articulador, o bien, una área de conocimiento en particular. Por ejemplo dentro de un proyecto escolar, pueden ser revisados los ODS que se refieren a recursos naturales dentro de los campos formativos de “Ética, naturaleza y sociedades” o “Saberes y pensamiento científico”.

Otro ejemplo puede ser en el campo formativo de “Lo humano y lo comunitario”, contemplar contenidos referidos a aspectos de orden social, como el ODS 1 Fin de la pobreza o el ODS 2 Hambre cero.

2. Si se utilizan algunos ODS cotidianamente en el aula como contexto en textos e imágenes, pueden, por ejemplo, en “Matemáticas” mostrarse estadísticas que evidencian la falta de paridad de género en diversas situaciones, la falta de servicios para estudiantes con discapacidad, o bien identificar índices de pobreza. Es decir, a la par que se trabaja el desarrollo de las destrezas matemáticas, se pueden usar ejemplos que sensibilicen a la población escolar sobre algunos objetivos.

En el campo formativo específico de “Lenguaje”, se puede empezar por utilizar y enseñar el lenguaje inclusivo y dejar de usar palabras que tenemos muy interiorizadas, -al menos entre colegas de mi generación- y cambiarlas por palabras incluyentes, tales como cambiar alumno por estudiante o mencionar y hacer visibles a las  alumnas y los alumnos, o bien reemplazar maestro por docente, por mencionar un ejemplo.

3. Si se integran los ODS como disparadores de reflexión, pueden utilizarse los mismos materiales usados para impartir clases y ser revisados dentro de cualquier proyecto en uno o más campos formativos. En esta situación, cada docente, al utilizar diversos materiales para impartir su clase, podría hacer hincapié en que se está utilizando un recurso que deja la menor huella de carbono para evitar el deterioro ambiental. Sería interesante y necesario que cada docente supiera qué materiales didácticos (como hojas, plumones, pizarrón tradicional o blanco) dejan menos huella de carbono y cuál es preferible utilizar. Así cada estudiante iría generando conciencia del cuidado ambiental y haciendo suya esta actitud.

Estas son solo reflexiones para pensar en una puesta en práctica de los objetivos en nuestras aulas y concientizar a la población estudiantil de las necesidades sociales actuales y futuras que nos permitirán hacer un cambio verdadero para una vida colectiva mejor, con relaciones armónicas que permitan desarrollar el potencial de cada persona, independientemente de su condición social, económica o geográfica.

La educación es el mejor camino en el que confluyen todos los objetivos para ser alcanzados y lograr el fin de la pobreza, apoyándonos por alianzas interinstitucionales que lo hagan posible, como se muestra en este esquema.

 

Esquema elaborado por la autora a partir de los íconos de los ODS de la ONU.

 

Redes sociales

LinkedIn: Dr. Gema Jara


[1] ONU, Nuestro futuro común: Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Informe Brundtland), 1987. Cumbre de Johannesburgo 2002. Consultado en: https://www.un.org/spanish/conferences/wssd/desarrollo.htm

[2] Naciones Unidas. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Consultado en: https://sdgs.un.org/es/goals/goal4

[3] ONU. Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Consultado en:

 https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

[4] ONU. Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Consultado en: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/


*Gema Jara Arancibia

Integrante de MUxED. Es doctora en educación por la UNAM y reconocida experta internacional en educación abierta y a distancia. Su carrera profesional la ha desarrollado tanto en la academia como en los sectores público y privado, y en diversas organizaciones de la sociedad civil. Ha desarrollado múltiples iniciativas, plataformas y materiales educativos para diversos niveles educativos, como el prestigioso programa de la SEP, denominado Secundaria a Distancia para Adultos (SEA), vigente desde hace más de 20 años. Fue, hasta mayo de 2024, directora para América Latina de CommonLit.




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